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Fundación del Convento de San Antonio de Padua

En el primer tercio del siglo XV el único convento femenino que había en Murcia era el de santa Clara (las Claras) el segundo fue el convento de San Antonio de Padua.

El templo conventual, era un viejo anhelo de las religiosas.  


Las beatas escribieron al Papa Eugenio IV solicitando su autorización para convertir el beaterio en convento, licencia que les fue concedida con la Bula “Devotis Petentum”, firmada y sellada en la ciudad de Florencia el día 5 de agosto de 1435. 

Con esta bula papal queda fundado el monasterio con derecho propio, les reconoce como religiosas de un monasterio de Terciarias Franciscanas. El convento tomó el nombre de San Antonio de Padua, quedando bajo su advocación, tal y como había sido el deseo de sus fundadoras. .

Formación de la primera comunidad 


Junto con las Venerables Antonia y Usenda, formaron la primera comunidad: Marina de Victoria, Catalina Moreno, Juana del Mercado, Beatriz Riquelme, Marina Ibáñez e Isabel Rodríguez. Su existencia era de ejemplar recogimiento, de vida en común, y dedicadas a la oración.

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Fallece la Madre Fundadora Antonia Mercader


En el año 1459, fallece la Madre Fundadora Antonia Mercader, quien en opinión de Ginés de Rocamora y Torrano ya gozaba de fama de santidad. 

Transcurridos unos años murió su hija Usenda, madre e hija fueron sepultadas en el campo santo del convento de San Francisco. Pasados unos años se decidió su traslado al interior de la iglesia vieja de San Francisco por hallarse estos cuerpos incorruptos. 

No hay fecha precisa del traslado de estos venerables cuerpos al convento de San Antonio, sólo se sabe que fue entre los años 1575 y 1602.   

El templo conventual, era un viejo anhelo de las religiosas. Se comenzó en 1615, terminándose en tan sólo un año. Las religiosas compraron en el último tercio del siglo XVI unas casas particulares anejas al convento, y sobre estos solares decidieron edificar el templo.