Haciendo presente el azúl del cielo
Nuestra vocación tiene su centro en la persona de Jesucristo. Desde una mirada Mariana. Buscamos reflejar las actitudes de María en su Inmaculada Concepción, lo cual embellece nuestra existencia y la de los demás. El carisma de nuestra Orden, da luz a la vida de toda criatura.
María Inmaculada
En el seguimiento de cada hermana Concepcionista la presencia, la vida y actitudes de María es importante, en su misterio de la Inmaculada Concepción. Donde celebramos, veneramos y honramos la apertura de corazón que María tuvo ante Dios. Colaborando en la obra de la historia de la Salvación.
Fraternidad
La gracia fue alcanzada por María y ella la comparte con todos aquellos que desean ser alcanzados por la gracia de Dios. Es así como nuestra vida se desarrolla en la fraternidad, en cada hermana que es un regalo y alegría para nuestro monasterio. Lo vivimos desde la bondad, acogida, amabilidad, apertura, confianza, escucha, regalo de sentirnos amadas por Dio y por las hermanas.
Oración
La oración y el silencio nos ayudan, saber escuchar y poner nombre a cada acontecimiento de nuestra vida. La palabra es acción, movimiento, es dynamis que nos ayuda en el camino de fe y de seguimiento. Es lugar de encuentro y diálogo, donde aprendemos a conocernos nosotras mismasy a nuestro Creador.